Como os dije la semana pasada el cristianismo ha sido objeto de persecución, por causa de la intolerancia religiosa, desde el principio de su existencia, pero también desde el principio, ha habido creyentes valientes a los que no les ha importado arriesgar su vida, para que otros podamos disfrutar de los beneficios de conocer a Jesús y de ser salvos.
Hoy vamos a conocer parte de la vida de estos primeros creyentes como Pedro, Pablo , Bernabé y otros, narrada en el libro de Hechos de los Apóstoles, en el Nuevo Testamento.
Pedro, uno de los primeros discípulos encarcelado, y más tarde asesinado por predicar a Cristo, escribió en una de sus cartas en el Nuevo Testamento:
Recuerden que es mejor sufrir por hacer el bien —si eso es lo que Dios quiere —¡que sufrir por hacer el mal! (1ª Pedro 3:17).
Estos cristianos predicaron que cualquier persona puede formar parte del Pueblo de Dios, la Iglesia, si crees que Jesús murió y resucitó por tus pecados. Ellos cumplieron con la Misión de la Iglesia, y son un ejemplo para nosotros hoy día, fueron valientes para hablar de Jesús a los demás, y gracias a ellos en la actualidad podemos conocer las enseñanzas de Jesús y entregarle nuestra vida para tener la salvación.
Por desgracia, la falta de respeto por la diversidad de ideas y de creencias de los demás, ha provocado persecución y dolor en el siglo I después de Cristo, como hemos visto hoy, ha seguido hasta el siglo XX, como vimos la semana pasada con la historia de Richard Wurmbrand, y continua hasta la actualidad en el siglo XXI.
Mira el testimonio de esta niña, victima junto a su familia de persecución por sus creencias.
Damos gracias a Dios por organizaciones cristianas como Puertas Abiertas, que trabajan sin cesar por ayudar a nuestros hermanos en la fe, donde más lo necesitan.
¿Estás disputo a seguir su ejemplo? o ¿Te da vergüenza hablar a otros de Jesús, únicamente porque se pueden reír de ti?.
Dios te dice que te esfuerces y seas valiente, cómo los primeros discípulos, como todos los demás cristianos que después de ellos, entendieron la Misión de la Iglesia, y predicaron el evangelio, a pesar de las dificultades. Dios cuenta contigo para que otros los conozcan y sean salvos.
MUY IMPORTANTE
La Misión de la Iglesia es anunciar la buena noticia del evangelio de Jesús, pero respetando en todo momento las creencias de los demás. Nosotros no podemos obligar, ni discriminar a otros por pensar o creer de forma diferente.
Ya conocéis la Regla de Oro, que nos enseñó Jesús:
**Haz a los demás todo lo que quieras que te hagan a ti** (Mateo 7:12).
Yo quiero que otros me respeten, por tanto, yo respeto a los demás.
Tareas a realizar
1º.-Dibuja un cartel que refleje lo que tú crees, pero respetando la diversidad de creencias de los demás.
DIOS TE BENDIGA